Decía la primera estrofa del poema Romance de la luna, luna de Federico García Lorca:
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
Decía la primera estrofa del poema Romance de la luna, luna de Federico García Lorca:
Quiero celebrar las 100.000 visitas a mi blog de Postales Antiguas publicando algo muy especial. En cada uno de los posts anteriores he puesto muchas postales, todas las que pudiera, para que la postal y su mundo fuera lo que realmente importara. Puse textos, me extendí en explicaciones y en descripciones, pero la postal era y sigue siendo lo fundamental. En este caso y como excepción para esta celebración privada, sólo publicaré una. Una sola postal, del año 1937; una postal corriente, sin demasiados méritos artísticos, tan cotidiana como la vida misma. Es esta:
Sin embargo, es una postal absolutamente única, quizás la más especial que nunca he publicado y jamás publicaré. Con una historia detrás que todos conocemos, un caso muy diferente de la inmensa mayoría de las postales que caen en nuestras manos. Conocemos toda la historia: de ahí su valor y de ahí que esta postal sea un verdadero tesoro. Se descubrió hace poco, extraviada en un anticuario, perdida, revuelta entre otras tantas postales. Leí la noticia en un periódico. Reproduzco la información tal cual la leí:
ELPAÍS.com – Madrid – 24/04/2008
HALLADA UNA CARTA NAVIDEÑA DE ANA FRANK
La misiva, escrita cuando la autora del célebre diario tenía ocho años, ha sido localizada en una tienda de antigüedades cerca de Amsterdam
Un anticuario holandés ha localizado una carta navideña enviada en 1937 por Ana Frank (1929-1945), autora del célebre diario sobre los años que ella y su familia pasaron escondidos en un apartamento de Ámsterdam para huir de la persecución nazi. La misiva fue enviada cuando Frank tenía ocho años, es decir, tres años antes de que el Tercer Reich ocupara los Países Bajos, y cinco antes de que la famila Frank se viera obligada a esconderse, en 1942. La postal iba dirigida a uno de sus mejores amigos, Samme Ledermann, según informa la web de la BBC. El museo Anne Frank, en Ámsterdam, ha autentificado la carta, que muestra una campana cubierta de tréboles sobre un campo nevado, y desea «buena suerte para el año nuevo».
Frank escribió su célebre Diario mientras se escondía de los nazis junto a su familia y otros cuatro amigos, todos de confesión judía, en la trastienda de una casa de Ámsterdam, a partir de 1942. El escrito se interrumpe dos años después, cuando los Frank son denunciados y trasladados a los campos de concentración de Auschwitz y Belsen. La pequeña Frank murió tras contraer el tifus en el campo de Belsen en 1945, poco antes del fin de la guerra.
Perdida entre antigüedades
La carta la ha localizado el profesor Paul van den Heuvel. Estaba revisando varios artículos en la tienda de antigüedades de su padre, en Naarden (cerca de Ámsterdam), para montar una exposición sobre el día nacional holandés en memoria del Holocausto, el próximo 4 y 5 de mayo, cuando se encontró con la misiva. «La encontré en una caja, que probablemente procedía de un mercado de viejo en Ámsterdam», ha señalado a la televisión holandesa. La carta había sido enviada desde Aquisgrán, en Alemania, donde Frank se encontraba visitando a su abuela.
Una portavoz del museo Anne Frank, Matje Mostard, ha asegurado que tiene constancia de otra carta similar, sellada el mismo día en la misma ciudad, por lo que está segura de que es auténtica. «No sé qué harán con la carta», se preguntó. «Espero que la podamos añadir a nuestra colección».
GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN VISITADO HASTA AHORA, Y BIENVENIDOS LOS QUE VENDRÁN.
Mabel Lucy Attwell (Inglaterra, 1879-1964)
Nació el 4 de junio de 1879 en Mile End, Londres, y recibió su educación en el Coopers’ Company School. Siguió estudiando en Heatherley’s y St Martin’s School of Art (1895-1900), pero, en desacuerdo con el tipo de formación que se daba, no terminó ningún curso. Los inicios de su carrera se centraron exclusivamente en ilustraciones para revistas, algo que continuó haciendo durante toda su vida, pero alrededor del año 1900 empezó a recibir encargos para ilustraciones de libros. En 1922 realizó su primer Anuario para niños, proyecto que se siguió publicando hasta 1974. Tres años mas tarde fue elegida como miembro de la Society of Women Artists. Recibió la influencia de Hilda Cowham y varios miembros del London Sketch Club, como John Hassal y William Heath Robinson.
Fue una trabajadora rápida y prolífica, con un gran sentido del negocio. Por ello se dedicó también al diseño de postales, carteles, calendarios y figurines, y vió como sus creaciones se convertían en modelos para figuritas de porcelana y muñecos de peluche. No había ningún hogar que se preciara en la Inglaterra de los años 10 y 20 que careciera de algún cartel o caja de galletas con los dibujos de Attwell.
Durante gran parte de sus primeros años como dibujante, Attwell vivió entre Londres y Sussex con su marido Harold Earnshaw. Después de la muerte de éste en 1937, y de que en 1940 las bombas destruyeran sus dos casas de Londres, se trasladó a Foxfold, Wiltshire. Al final de la Segunda Guerra Mundial, se instaló en Fowey, Cornwall, con su hijo Peter y su nuera, donde permaneció hasta su muerte el 5 de noviembre de 1964.
Es muy conocida por sus preciosos y nostalgicos dibujos de niños de grandes ojos y caras enormes y expresivas, que tomaban como modelo a su hermana Peggy, quien continuó con el negocio cuando Mabel Lucy Attwell falleció.
Arthur John Elsley (Inglaterra, 1860-1952)
Hijo de un cochero, estudió desde los 14 años en la South Kensington School of Art. Presentó su primera exposición en la Royal Academy en 1878, cuando contaba con solo 18 años. Muy respetado por sus contemporaneos Frederick Morgan y Charles Burton Barber, Elsley alcanzó muy pronto la fama en plena época victoriana. Prefería temas que le ofrecía la narrativa sentimental de la época, en general situadas en lugares rústicos, paisajes que le motivaban para pintar bellos ambientes rurales.
Durante su juventud solía dibujar escenas de niños jugando entre ellos o con sus mascotas. Sus pinturas de niños y animales, retratos idealizados de las clases media y alta inglesas, son su obra más célebre. En un tiempo en que la mortalidad infantil era tan elevada, el género que cultivó se hizo enormemente popular, recibiendo multitud de encargos. La temática de escenas entre niños y animales era asidua en la llamada cultura popular del momento, y por ello no es de extrañar la temprana celebridad del arte de Elsley. Sus pinturas fueron reproducidas masivamente y en colores en diversos calendarios de la firma americana Thomas D. Murphy Company, anuncios de jabón y diversas publicaciones.
Elsley se casó con su prima segunda Emily Fusedale en 1893, con la que tuvo una hija en 1903. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó en una fábrica de munición, donde su miopía se agravó, debido a la cual tuvo que dejar de pintar unos años después. Sin embargo, se dedicó a trabajar con la madera y en el jardín de su casa victoriana de Madeira Park, en Londres, hasta su muerte a los 91 años.
Al igual que su amigo el pintor Frederick Morgan (con quien incluso compartió estudio por un tiempo), el uso de colores brillantes es la característica central de su técnica artística. Solía tomar los motivos de sus cuadros durante sus paseos por Londres, para luego pintarlos en su estudio, adaptándolos a unos fondos extraídos a partir de fotografías campestres y de interior.